viernes, noviembre 10, 2006

el mes que viene me largo

El día 18 de diciembre a las 8 y cuarto de la mañana llegaré a la provincia de Guandong, llamado por los españoles hasta que se inventó la trascripción fonética Cantón. Es el primer año que no voy por Honkong, no había billete desde allí. Bueno lo había pero me costaba doscientos eurillos de más. De todas formas desde HK normalmente tengo que coger un barco para ir a boca de serpiente y cambiar moneda y todo ese rollo. Desde el aeropuerto de Guangzhou se tarda unas dos horas por carretera, a donde yo voy.

El día de reyes estaré de vuelta, a las doce del medio día mi avión llegará a Madrid vía Paris. Le he dicho al papa del peque que le busqué una escuela para que vaya mientras estemos allí y pueda compartir con otros niños y aprender algo del idioma y del país de su papi. Por supuesto él no quiere ir. Y no deja de repetirlo una y otra vez,

-yo no pienso ir, la comida en el avión es basura y no pienso subirme a uno de esos que van tan arriba.

Al menos ahora sabe que aterrizan, la última vez que fuimos se le metió en la cabeza que los aviones en vez de aterrizar te iban soltando en paracaídas según ibas llegando a tu destino y claro decía que ni hablar de subirse a uno. Lo que peor lleva es lo de los oídos, siempre se queja de que le duelen cuando estamos en las alturas.
Para mí ir supone una desconexión que necesito.

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