Después
de cinco años en Granada, regreso a Gijón. Han sido cinco años extraños. Pensé en
escribir sobre esta experiencia. Sin embargo, me di cuenta de que no lo haría
sin estar influenciada por lo que he sufrido. Posiblemente sería muy injusta
con algunas personas. Por ello esperaré a tomar algo de distancia con todo lo
que he vivido en esta ciudad. Cinco años han volado. Cinco años es más tiempo
que el tiempo que pasé en Taiwán. En la isla de Penghu tan solo viví cuatro
años. Recuerdo que cuando volví tampoco podía escribir sobre mi experiencia
allí. Cuando lo pasado es tan intenso y ha afectado tanto a la trayectoria de
vida es difícil encontrar las palabras para expresar lo que se siente. Pasado un tiempo la cosa cambia, lo analizas
de otra manera, deja de doler, y puedes comenzar a verlo desde otra prospectiva.
Hoy por hoy aún no estoy segura de haber
tomado una buena decisión. Hoy por hoy me pregunto si he estado perdiendo el
tiempo. ¿Para qué fui?, ¿por qué me empeñé en algo que ahora pienso que tampoco
era necesario, y hasta qué punto eso ha mejorado o empeorado mi camino? ¿Lo he
despejado para seguir caminando más cómodamente o lo he llenado de piedras con
las que tropezar? Es pronto para saberlo. Solo el tiempo dirá.