domingo, octubre 07, 2007

vuelta a empezar, no me concentro

Tengo mucho que hacer, tanto que me bloqueo y no hago nada, me quedo en blanco, pensando que da igual lo que tenga que hacer, pienso en que hacer primero y no hago nada. Me alejo de los blogs por todo lo que tengo que hacer y sigo sin hacer nada, aunque tenga tanto que hacer. No puedo, no soy capaz de cumplir lo que he dicho, no puedo ceñirme a nada, necesito hacerlo de forma natural, sin obligaciones, sin presiones, sin plazos.

A mi cabeza vienen montones de cosas que se entremezclan y no encuentran un significado expresable con palabras pero si tiene significado dentro de mi cabeza.

El hombre prefecto, la mujer prefecta, la vida perfecta, todo el mundo habla de lo prefecto como si fuera algo maravilloso, pero no es así. Lo perfecto es lo normal y aburrido, el estancamiento.

Existimos gracias al desequilibrio y la imperfección.

Hace trece mil millones de años el universo era un liquido perfecto que estaba a un millón de grados de temperatura.

Partículas y antipartículas que chocan, una partícula de cada mil millones sobrevive a la aniquilación formando la materia.

Las galaxias y estrellas nacieron de una imperfección en el universo. Del desequilibrio entre las partículas.

Gracias a que las estrellas eran inestables se formaron los átomos.

Las estrellas son reactores termo nucleares que crean nuevos elementos obligando a los átomos a formarse.

El desequilibrio es la clave de la evolución.

La vida es imperfecta, desequilibrada e inestable, pero no deja de ser bella.

Una de mis películas favoritas es “la vida es bella” en mi opinión muestra eso, lo bella que es la vida a pesar de todo. Como aunque vivamos en un completo caos, la vida puede seguir siendo maravillosa si nosotros queremos que lo sea.


Soy amigo de mis amigos, menuda tontería. Yo no lo soy, soy amiga de quien quiero, de quien me da la gana independientemente de que sean o no mis amigos.

Recuerdo lo que me sucedió el otro día. Caminaba por la calle, debajo de la lluvia, no me molestaba su humedad, iba pensando en “nada” a menudo pienso en eso. “en nada”. Entonces una señora mayor que caminaba delante miró hacia atrás, -se está usted mojando, me dijo.
-no importa, le contesté, pero ella ya me había esperado y me cubría con su paraguas, -¿va muy lejos?, me preguntó.

-no, no voy lejos, gracias de verdad no hace falta, le contesté mientras salía del techo de su paraguas y cruzaba la calle precipitadamente, adiós, le dije mientras doblaba apresuradamente la esquina para perderme de su vista.
Dejé de pensar en nada y pensé en esa mujer, -¿por qué había decidido cobijarme? No la conocía de nada y era bastante mayor, me había hablado dirigiéndose a mi con mucho respeto y tratándome de usted. Seguro que alguno de mis amigos no haría eso, seguro que esa buena mujer sería una buena amiga. Seguí caminando hacía casa, mi rostro estaba cubierto de lluvia y comencé a llorar de forma natural, sin motivo, solo por placer, por el placer de mezclar mis lagrimas con el agua de lluvia que recorría mis mejillas.

2 comentarios:

Miroslav Panciutti dijo...

Precioso post (puedo intuir las sensaciones-sentimientos-pensamientos) que describes. Un beso.

Trenzas dijo...

Cierto; es precioso lo que cuentas.
Y que gran ayuda es dejarse llevar, cuando se necesita, por el llanto o por la risa.
Por las emociones.
Aunque no sepamos muy bien por qué nuestra alma requiere en momentos puntuales un vaciado para poder volver a llenarse.
Siempre es un gustazo leerte, querida amiga.
Un beso así de grande