Hoy es 16 de junio. Mi vuelo sale el martes a la
una de la madrugada. Los días antes de partir, siento que son días
como perdidos, de espera, espera para comenzar de nuevo. Estoy algo
cansada de la vida. En ocasiones siento que deseo parar, perderme en
el mundo sin rumbo, sin preocupaciones, sin responsabilidades, sin
nada mejor que hacer que contemplar. Casi llevo cuatro meses en
Chengdú, podría decir que es la vez que he venido a China y he
estado más tiempo seguido, (sin contar mis estancias en Taiwán). Hay
una diferencia entre este viaje y los otros. Esta vez,
he venido a una ciudad desconocida para mí, en la que no tenía
absolutamente a nadie. No había nadie para ayudarme con nada, con todo, ni
amigos, ni familia. Al princio es desolador, porque tienes que
arreglártelas por ti misma sin ayuda de nadie, con la dificultad
añadida de ir con mi hijo, tener que cuidar de él. Pensándolo con detenimiento fue mucho peor la llegada a Granada. Si tuviera que elegir, al menos la gente de Chengdú es amigable y agradable. Si no estuviera aquí estaría en Granada, ciudad donde gusta mucho usar el termino “mala follá”, aún no tengo muy claro lo que significa.
Los primeros
días en Chengdú fueron aburridos. Estuve apunto de
arrepentirme de haber venido. La ciudad me parecía tan fea, tan
contaminada, tan llena de todo, de todo, de todo aquello que yo no
necesitaba, y que me sobraba. Cuando elegí este destino lo hice pensando en los osos panda, en poder verlos. Pensando que seguramente habría mucha naturaleza. No es que no la haya, pero claro eso esta fuera de la ciudad, aunque a veces puedes encontrar oasis dentro de la misma. Nos alojamos en un albergue que había
reservado por booking desde España. El mismo hostel tenía un servicio de
recogida en el aeropuerto. Por 12 euros nos llevaban desde el aeropuerto
al hostel que estaba mas o menos a unos 18 km de distancia. Mi hijo y yo,
en una habitación de dos camas con baño privado. Es algo más cara
que las que no tienen baño, también que las literas en habitaciones
compartidas. Pero tienes intimidad que es algo que yo valoro mucho.
Además el baño tenía váter de los de sentarse, que me gustan más
que los turcos. Fui hasta la Universidad de Sichuan al día
siguiente, donde iría a clases de chino. Me fastidiaba que no
me dejaran estudiar japonés aquí. Por culpa de eso tendría que
acortar mi estancia y regresar antes para poder examinarme en
Granada. Quería que mi hijo fuera también a clases de chino
conmigo, pero enseguida me percaté de que no iba a ser tarea fácil.
Por un lado, la mujer que dirigía el cotarro en la oficina de la
universidad era desagradable y no facilitadora. De hecho fue por
ella que no pude hacer japonés en China. Había la asignatura y las clases eran en el mismo campus donde iba a las de chino. Mi hijo prefería quedarse en la cama todo el día, así
que tampoco le preocupó mucho que no le dejaran matricularse. No
tenía ningún interés por conocer la ciudad y enseguida me dijo
que no estaba en China por gusto, así que no pensaba colaborar. Un
contratiempo para mí, si iba a las clases tenía que volver
rápido para darle de comer y volver otra vez a las clases de la
tarde. Todo sería más complicado de lo que pensaba. Había hablado
con su padre para llevarlo hasta Guangxi, donde él vivía. El visado
de mi hijo era familiar por estancia de dos años. Aunque cada tres meses
tendría que salir del país y volver a entrar me pareció mejor que
el de un año que no te permitía salir en todo el año. En un principio mi idea era que estuviera los tres meses conmigo en la
universidad aprendiendo chino y después llevarle con su padre. Cambié los planes. Yo tenía que buscar piso de
alquiler y hacer un montón de trámites, decidí que lo mejor era
llevarle cuanto antes. Una vez que estuviera instalada en Chengdú
podría decidir que volviera conmigo o se quedará allí con su
padre, según viera que iba todo. En mi cabeza la idea de haberme
equivocado no hacía mas que repetirse, pero no tenía tiempo para
el arrepentimiento Siempre me digo que tengo que mirar hacia
delante. Saqué los vuelos para ir a Guangxi, estaba decidida a
dejar a mi hijo una temporada con su padre, al fin y al cabo yo
llevaba 17 años cuidándolo sola, era hora de que él pusiera
algo de su parte. Ingenua, siempre he sido una ingenua y esta vez no
sería diferente
Hola: lo quité. Fue un post que nació de un comentario de alguien. Después pensé que tampoco importaba mucho y decidí quitarlo y guardarlo en borradores. A veces escribo a modo diario y lo guardo en borradores sin publicar. Sobre todo cuando son pensamientos sin más. Gracia por tu comentario. Hoy me ha dado por entrar a mirar y lo he visto.
2 comentarios:
Has borrado el post de "Soy una desarraigada" o se me ha extraviado? :-)
Hola: lo quité. Fue un post que nació de un comentario de alguien. Después pensé que tampoco importaba mucho y decidí quitarlo y guardarlo en borradores. A veces escribo a modo diario y lo guardo en borradores sin publicar. Sobre todo cuando son pensamientos sin más. Gracia por tu comentario. Hoy me ha dado por entrar a mirar y lo he visto.
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